Casa Vasco Núñez de Balboa
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La imaginación al servicio de la historia
El trabajo llevado a cabo por los arquitectos Isabel Amores y Modesto García, han logrado el difícil maridaje de abrir a la propia ciudad los espacios recreados en la Casa Natal del Conquistador, de tal manera que en el resultado el museo sale al encuentro de la ciudad y la ciudad visita la casa a través de los huecos abiertos en la calle.
Sin perder el sesgo tradicional de una vivienda de época, hay un aggiornamiento de los espacios que han sido remozados, de tal manera que el espectador siente en el regusto atávico lo que significó una construcción realizada por imperativos de la necesidad de sus moradores. Tras la ejecución del proyecto, el resultado es una simbiosis amable entre lo añejamente domestico y este toque contemporáneo. Así el visitante observa un juego de contrastes estimando sobresaliente el resultado.
En la nueva concepción del proyecto arquitect6nico, voluntariamente orientado a conciliar innovación con tradición, hallaremos estampas que son como susurros antropológicos de un ayer desvanecido. Esas nuevas secuencias ayudan a hilvanar el resto de las líneas vernáculas que sobreviven con un vanguardismo desenfadado, directo y sin complejos.
El ensamblaje entre el ayer y el mañana lograra despertar en el espectador un conjunto de sabores inéditos, regustos a estrenar, sensaciones poco experimentadas. Todo ello contribuir a que su subconsciente se deslice sin tropiezos hacia un espacio onírico donde imaginar las aventuras jamás contadas y los sufrimientos imposibles de repetir, y las glorias profundamente por el capitán Vasco Núñez de Balboa.
En el afán de funcionalidad del Centro de Interpretación, y para entender que la oferta cultural no quede restringida a los siglo XV y XVI, algunos rincones de la casa se han pensado para sobrepasar y desbordan la mera cronología de estos siglos. Ahí vemos en atractivos soportes páginas pretéritas del ayer jerezano. La leyenda, la magia y la historia jugaran al escondite con el visitante y la cronología parece ensancharse para ayudarnos a entender lo que a primera vista no apreciamos. Héroes y santos, alarifes y gente de la forja y la madera, entallistas de altares, misioneros aquí nacidos y formados y pertrechados solo con una cruz como arma, llegaron a las Indias de sueños y oro. Ellos solo regalaban la palabra como soporte de creencias Naturalmente todo ello no cabe en la casa, pero si se ofrece una degustación suficiente para aproximarse a algunos recovecos infinitos de una ciudad vieja. Todo ello no cabe en el sitio, pero si es materia bastante para ayudar a degustar algo de la inmensa historia de esta ciudad vieja.
En la segunda mitad del siglo XV, Europa va a vivir décadas de prosperidad y de mejores expectativas económicas, lo cual propiciará un aumento de la población. En España la reina Isabel se hará con el trono de Castilla en 1474, lo que parará la contienda sucesoria y por ello Extremadura se liberará de ser suelo bélico en los seculares enfrentamientos entre Castilla y Portugal. Sin embargo el mapa poblacional no varía, y nos señala un escenario basicamente habitado en el campo. Las villas y ciudades ternan pocos vecinos y un enclave con 10 o 15 mil personas era ya importante. Poblaciones tan comerciales como Barcelona no pasaban de 60.000 habitantes.
Desde el punto de vista del pensamiento vivimos el auge del Renacimiento y del Humanismo, y la aparición de la imprenta hará circular ese patrón selecto y moral del hombre, orientado ahora a considerar al homo sapiens como centro del mundo que ha de alcanzar un alto modelo ético. E inundando todo ello se vive el ideal cristiano, la propagación apostólica para llevar el Evangelio a todos los lugares.
El Jerez de Vasco Núñez
Alguna vez he definido a las tierras de Levante y del Mediterraneo como la gran balconada de España que vio llegar a una civilización tras otra. Frente a ello, Extremadura y hasta tiempos recientes, ha sido un espacio alejado de los centros de poder, marginada de la justicia real, con una población sumisa que observaba en silencio el proceder de una oligarquia rentista aliada con el clero, el cual predicará; paciencia en este mundo para alcanzar la gloria en el otro.
Cuando la Orden de Santiago se hace con Jerez por disposición de Enrique II en 1370, comenzará una epoca de prosperidad aprovechando los santiaguistas Ia obra llevada a cabo por los Templarios y aprovechando el inmenso territorio jerezano Ileno de grandes fincas, que eran explotadas por linajudos nombres que se habían avecindado en esta villa por las expectativas ganaderas, madereras y cinegéticas. Una nobleza de nombres de primera línea que van a influir en la corte y propiciarán algunos logros para la villa. Así, siendo Alcaide y Corregidor de Xerez Martin de Manxarre, el Maestre de Santiago, don Juan Pacheco, Marqués de Villena y Conde de Santistevan, amplió el Castillo y las murallas. Era el año 1471.
Podríamos decir por todo ello que el viejo enclave templario ofrece ciertas expectativas de vida cuando en 1475 viene al mundo Vasco Nunez de Balboa.
El personaje
Desde hace siglos se señala la casa de la calle de la Oliva como lugar de nacimiento del descubridor del Pacífico. Aunque los libros parroquiales registran bautismos algo después, parece ajustado a la verdad tal creencia. En primer lugar porque la casa original, que bien conocí pues gestione su compra para la ciudad, y antes de la transformación que ha sufrido para Casa-Museo en la primera década del siglo XXI, tenía un sabor de época. Era espaciosa, mejor que otra colindante, de tal manera que pudo pertenecer a una familia de cierto acomodo. Dice el historiador Casimiro González que hemos de deducir que «sus moradores no fueran unos simples menestrales; incluso en el patio existía una piedra armera lo que puede suponer que hubiese estado unida, por su trasera, a la casa solariega de la destacada familia Maraver». Es posible que la familia del descubridor enajenara parte de la casa en época de apurada situación económica, y se refugiaran en esta parte de atrás acondicionando los corrales y dependencias para vivir. La placa que campea en la puerta pertenece a alguna reforma posterior.
La situación de ese hogar familiar en tal punto del barrio puede explicar en gran medida la ocupación del jerezano y su futura empresa marinera. La familia Portocarrero habitaba una de las casas principales cercana a la iglesia de San Bartolomé, donde se encuentran enterrados miembros de ese apellido y el joven Balboa pronto entró al servicio de tan destacados señores, donde adquirió formación, tanto en el gobierno de la hacienda como en el manejo de la espada como escudero.
Los Portocarrero eran Señores de Moguer, y en sus actividades entre Jerez y ese enclave marinero, onubense, Balboa crecerá en conocimiento de la administración y en el manejo de los negocios agropecuarios, que tan útiles le serán en el nuevo mundo.
Es por tanto nuestro capitán un joven afortunado, que ocupa en su villa natal un puesto de cierta importancia para su formación personal.
La familia del conquistador procede del enclave galaico leones de Balboa, municipio de León, situado cerca de Villafranca del Bierzo. Su enseña era un escudo de gules con un león de oro que llevaba en su diestra una espada de plata y, a sus pies, vencido, un dragón de sinople. Fue su padre Nuño Arias de Balboa y sus hermanos Gonzalo, primogénito, Juan y Alvar.
Debió tener nuestro conquistador una acusada personalidad y una buena estampa. Obsérvese que Fray Bartolormé de las Casas, que no vela con simpatía la acción de los conquistadores, dice del jerezano que era «mancebo de hasta treinta y cinco o poco mas años, bien alto y dispuesto de cuerpo y buenos miembros y fuerzas y gentil gesto de hombre muy entendido y para sufrir mucho trabajo».
La aventura marinera
El ilustre hijo de Jerez de los Caballeros, de noble condición pero segundón, de formación en las artes de las armas y en el gobierno de la hacienda, necesitaba hallar un medio de vida acorde con su espíritu inquieto y fue llevado también por la fantasía descubridora de unos anos en los que la aventura de la mar océano era la tentación diaria sobre todo para andaluces y extremeños.
No es posible narrar aquí, ni siquiera mínimamente pormenorizas, las secuencias vividas por un personaje tan intrépido y audaz. Desde su enrolamiento en 1501 en la expedición de Rodrigo de Bastidas hacia las Indias, su camino será difícil y tortuoso. El Darién va a ser el escenario de sus aventuras, y como señala Fray Felipe de la Gándara, cronista general de los Reinos de León y Galicia, en 1677, «La gloria del descubrimiento de las dilatadas provincias del Perú se debe principalmente a Vasco Núñez de Balboa». Quiere esto decir que la enjundia de sus acciones van a propiciar otras conquistas y otras protagonistas. Las aventuras en él se alternaran: ruina económica y fortuna, apoyos y desgracias de los propios se unen en la epopeya del primer europeo que avistara esa inmensidad de agua que hoy llamamos Océano Pacífico.
Tras penurias incalculables, que muestran la férrea voluntad del personaje por superarlas, por fin logra embarcarse desde las nuevas tierras descubiertas en la expedición del Bachiller Enciso en 1510, si bien como polizón, habida cuenta de la ruina total en que estaba. Descubierto, quiso el Bachiller abandonarlo en una isla ganándose no obstante el jerezano el favor de la tripulación y el mayor odio de Enciso. Tales trances pueden explicar la honda desconfianza de Balboa, que en 1513, cuando escribe al rey, manifiesta así sus sentimientos: «…una merced quiero suplicar a V.A. me haga, porque cumple mucho a su servicio, y es que V.A. mande que ningún bachiller en leyes ni otro ninguno, si no fuere de Medicina, pase a estas partes de la Tierra Firme.» Los reyes de España, consciente de que aquel los territorios de ultramar eran parte de la corona, dieron por bueno que los vecinos eligieran a sus alcaldes, cosa que ocurrió en Santa María de la Antigua nombrando así edil primero al jerezano, e incluso se pidió el puesto de Gobernador del Darién ante el monarca.
Balboa, en sus incursiones, fue muy habilidoso para ganarse el favor de los caciques, logrando conocer la geografía del lugar y, por el contrario, vio como los propios, por envidia, como Pedrarias Dávila, le procesaban.
Conocer en detalles la expedición de Vasco Núñez es un ejercicio de admiración al personaje que brindamos al lector. El hecho final que remata su periplo es impresionan-te, un episodio glorioso para él y para la corona, que observe así la trayectoria de un europeo universal. El testimonio lo tomo del cronista Gonzalo Fernández de Oviedo, cuando el 25 de septiembre de 1513, Vasco Núñez de Balboa mira y admira como primer jerezano, primer español y primer europeo el Mar del Sur:
«Y un martes, veinte y cinco de septiembre de aquel año de mil quinientos y trece, a las diez horas del día, yendo el capitán Vasco Núñez en la delantera de todos los que llevaba por un monte raso arriba, vio desde encima de la cumbre de él la mar del Sur, antes que ninguno de los cristianos compañeros que allí iban; y volviose incontinente la cara hacia la gente, muy alegre, alzando las maneras y los ojos al cielo, alabando a Jesucristo y a su gloriosa Madre la Virgen Nuestra Señora; y luego hinco ambas rodillas en tierra y dio muchas gracias a Dios por la merced que le había hecho, en dejar descubrir aquella mar, y hacer en ello tan gran servicio a Dios y a los Católicos y Serenísimos Reyes de Castilla, nuestros señores, que entonces era el Católico Rey don Fernando». Andrés de Valderrábanos, Notario Real y secretario de Balboa, levante fiel acta dando cuenta en él la del descubrimiento por su capitán.
Balboa en la historia universal
Al llegar a Ia culminación del descubrimiento se había puesto a prueba la capacidad y el liderazgo del jerezano, su enorme voluntad y una férrea creencia en sí mismo y en su proyecto. Entraba en la historia universal el Adelantado de la Mar del Sur y Gobernador de las Provincias de Panamá y Coiba, pero, sobre todo, se reconocía la obra y grandeza de un héroe de primera línea, que todavía en el siglo XXI, próximo a conmemorarse los 500 años del descubrimiento, demanda una mayor atención a ambos lados de la mar, en España y en Panamá, para poner en su verdadero valor tan singular hazaña.
Es curioso observar aquella escena descubridora; obsérvese que Balboa se adelanta sobre los demás y el, en la grandeza y en la soledad del triunfador, se asoma primero al nuevo mar.
El final de Vasco Núñez de Balboa es un serial escrito entre traiciones, lamentos y ambición. Era el 13 de enero de 1519 cuando fue ejecutado, pero ya nadie podría arrebatarle la grandeza alcanzada. Poco después, en 1525, su villa de nacimiento pasaría a ser declarada ciudad, por proclama del Emperador Carlos V. Era entonces Jerez de los Caballeros una de las ciudades más importantes de Extremadura y de la Orden de Santiago.
Ubicación
MUSEO VASCO NUÑEZ CASA NATAL
Dirección: Calle La Oliva
Telefono: 924 730 638