Torre del Homenaje & Torre del Reloj
Torre del Homenaje (Tradicionalmente conocida como Torre Sangrienta)
La torre del Homenaje, es la de mayores medidas: 10,50 x 7,50 m., su planta rectangular y su situación, en la zona de más desnivel, le confieren un aspecto de robustez que no poseen las restantes. La puerta de acceso es de reducidas dimensiones, adintelada y con algún sillar, posiblemente reutilizados de época romana, según sus características. La bóveda, es de cañón apuntado y, realizada con lajas de pizarra colocadas de perfil y compactadas con abundante cal. En la única estancia de esta torre y en su cara sureste hay un vano geminado al exterior y de medio punto al interior, toscamente labrado. También existen dos aspilleras en dicha cámara, orientadas al noreste y al suroeste.
Junto a la entrada, a la izquierda, hay una escalera que comienza en caracol y, continúa luego de manera irregular, con trozos rectos y curvos hasta terminar en una especie de bóveda de horno que da salida a la terraza superior. Al igual que las restantes, la torre del Homenaje está construida con sillarejo y mampostería y sólo tiene sillares bien escuadrados en los ángulos.
Esta torre se conoce tradicionalmente como “Torre Sangrienta”, nombre legendario que se debiera acaso porque en el siglo XIV se mandó ajusticiar en ella a algunos caballeros templarios que se habrían negado a entregar la villa al rey Fernando IV, con motivo de la disolución de su orden militar.
Torre del Reloj
Según se desprende de los libros de Visita de la Orden de Santiago, a finales del siglo XV tenía función de torre del homenaje, función que desempeñaría, al menos, hasta la construcción del cuerpo que alberga el reloj.
En 1570 por acuerdo del Concejo, se ordenó reparar el tejado de la misma, debido a que las filtraciones de agua dañaban el reloj, siendo esta la primera referencia histórica que conocemos de la ubicación del mismo. Tiene planta cuadrangular. En la cámara de su primer cuerpo tan sólo hay un vano ojival geminado que se encuentra cegado. En la fachada suroeste de la torre existe una fina y pequeña aspillera, tapada hoy en día, siendo estos dos citados los únicos puntos por los que penetraba luz al interior de la torre: el primero para la cámara y el segundo para la escalera que da acceso a la parte alta.
El cuerpo que está por encima, encalado, es un añadido posterior, que hace las veces de campanario reducido en tamaño (a la manera de los existentes en las torres) y en el que destaca el popular reloj que le da nombre.
En 1710 fue sustraído por las tropas portuguesas y hasta 1739 que se compró otro, Jerez usó el de Valle de Matamoros.
La torre se remata con una imagen de Cristo con los brazos abiertos, obra de escultor Antonio León Ortega.